Jesús nació hebreo , se crió en la fe y filosofia hebrea inició su magisterio ateniéndose escrupulosamente a la fe de sus ancestros
El escritor e investigador argentino, Mario Saban, presentó el martes en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA su último libro «El judaísmo de Jesús» en el que relaciona la tradición oral y escrita del judaísmo con las enseñanzas que proclamó Jesús, demostrando así, que éste no fue «simplemente judío por su origen nacional, sino por su contenido ético más profundo». En el acto, que fue organizado en colaboración con «Tabut-Sefarad», también participó Aída Oceransky, presidenta de la Comunidad Judía en Asturias, quien calificó el libro de «interesante y controvertido» además de que ayuda a entender mejor las religiones de las que trata.
A Saban el gusta decir que procede de Ur de Caldea, el mismo lugar en el que nació Abraham, pero nació realmente en Argentina y desde hace unos años vive en Cataluña. Es autor de nueve libros, todos ellos sobre esta misma línea de investigación.
Mario Saban hizo un repaso histórico desde la Judea del siglo I, para situar el momento del nacimiento del cristianismo, aunque «realmente es historia judía», dijo el investigador. En ese tiempo, según indicó Saban, había en dicho territorio tres millones de judíos repartidos en diversos grupos: los esenios, los celotes, los aduceos y los fariseos. Estos últimos, en el siglo II a. C., habían proclamado ya la figura del «maestro o rabí» apuntó Saban, y dijo: «En el Nuevo Testamento se le llamaba rabí a Jesús, esto indica un primer acercamiento a las posiciones de los fariseos, ya que sólo en este grupo utilizaba esta denominación». Además, Saban explicó que los fariseos creían en un Mesías que iba a «salvar al pueblo judío», así como en la resurrección de los muertos y en el fin de las guerras.
Otro punto que Saban trató en la charla, fue que en el Evangelio de San Mateo, o de Leví de Alfeo, -su nombre en hebreo-, se citan en el capítulo 20 las siguientes palabras de Jesús: «No he venido a abolir al Torá ni a los profetas sino a dar cumplimiento. Porque si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos».
Otro caso similar que mencionó el investigador es el que aparece en el Evangelio de San Marcos, en donde se hace referencia al mandamiento que Jesús establece como «central» y que es «Shema Israel», un verso que aparece en el Torá y que quiere decir «Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno».
«Señores, desde aquí todo el cristianismo posterior ya no tiene que ver con este rabino, y el cómo se creó después una nueva religión basada en Jesús, es un misterio que se explica en mi libro» dijo el autor. Asimismo, quiso destacar que existe la creencia de que lo que separa a los judíos de los cristianos es que a Jesús se le considera como el Mesías, «pero lo que realmente nos separa es que el cristianismo asumió la doctrina de la encarnación de Dios en Jesús» expuso el autor.
Al término de la presentación Mario Saban quiso concluir con las palabras de Juan Pablo II, en la sinagoga de Roma en 1985: «Los hebreos son nuestros hermanos mayores en la Fe».