Shir Hashirim – Cantar de los Cantares.
introduccion Tzvi ben Abba Shaul.
“El Saba de Slabodka, Rav Natan Tzvi Finkel, explicó que nosotros sabemos que D”s creó al hombre “B’tzelem Elokim” - la imagen de DIOS. Cada componente del cuerpo es una parte de esta imagen santa. Con cada acción correcta realizada por o con un órgano o miembro, vemos la evidencia y el esplendor de creación y la santidad de D”s. Cuando usamos nuestros cuerpos para el servicio a DIOS estamos asegurando que nuestros cuerpos, nuestras imágenes de DIOS estén actuando en función de canalizaciones de santidad que ellos deben ser. Cada persona tiene la habilidad innata de llenar el mundo con el esplendor de u DIOS sando su cuerpo apropiadamente, de modo que traiga honor a D”s. Dado que todos somos creados a imagen de DIOS poseemos la tremenda responsabilidad de asegurar que esta imagen no se vuelva turbia ni se empañe. Cuando actuamos apropiadamente con cada miembro, nos convertimos en una manifestación de la santidad de DIOS”
Dos caminos principales se abren al frente del ser humano, en su búsqueda del afecto de DIOS para amarlo y reverenciarlo.
El primero de ellos, las hechuras de Dios en la Creación. Como escribe Maimónides en “Fundamentos de la Torá: Cáp. 2:2”:
Cuando un hombre contempla Sus obras, grandes y maravillosas creaciones vislumbrando por ellas Su, sabiduría inconmensurable e infinita, de inmediato lo ama, lo glorifica, y es preso de un intenso anhelo por conocer ese gran Nombre, como lo dijo David: “Mi alma está sedienta de Dios, del Dios viviente” (Salmos 62, 3). Y cuando reflexiona sobre la esencia de esos mismos asuntos, de inmediato se siente impulsado a retroceder, teme y comprende que él mismo es una pequeña y humilde criatura, como dijo David: “Cuando veo tus cielos, obras de tus dedos…, ¿qué es el hombre para que Tú lo recuerdes?” (Salmos 8, 4-5).
El segundo camino nos enseña que la naturaleza del alma del hombre es acercarse al Creador para que se apegue a la luz Suprema, al ser un objeto totalmente espiritual, se inclina a sus semejantes, dentro de los personajes espirituales y se aleja por su naturaleza, de aquellos que se les enfrenta, que son partes de los cuerpo gruesos (Rabenu Bejaie Ibn Pekuda)
¿Qué camino debemos elegir?
Rabí Iehuda HaLevy fija su elección “la luz de los corazones es más fino y excelente que la luz que percibe la vista”
El primer camino es una preparación para el segundo, abre los portones al alma que se encuentra en el interior del palacio, en presencia del Rey.
El alma utiliza estos instrumentos para revelar todo su ser, y por eso todo el mundo, con todos sus diseños, son expresión de alma que añora a Su Creador, pero esas añoranzas son mucho más de lo que nosotros podemos expresar y revelar.
El mundo revela el honor de Dios – esto es lo que llamamos Kodesh, Santo, y el alma en su revelación personal, el “Kodesh Kodashim”, santo de los santos.
Escribe el Rabino Kuk, en su ensayo sobre Shir Hashirim: “Hay amor al Santo bendito que proviene de la Creación y del esplendor de HaShem que llena el mundo y Su bonanza vierte sobre sus criaturas” Y hay un amor que se siente en el alma, porque el alma misma ama a la bondad en todo el sentido de la palabra. Y este amor es el más importante el más sentido y el más querido, porque es percibido como reflejo de la realidad y para entenderlo de verdad, se necesita todos los grandes detalles y grandes ejemplos que se encuentran en Shir Hashirim, el Cantar de los Cantares, por eso el mundo no debía ser Creado, sino por el día en que fue entregado el Cantar de los Cantares al pueblo de Israel.
¿Quién escribió el Shir Hashirim?
Según la tradición de nuestros sabios Zatzal, tres son los libros que fueron escritos por el Rey Salomón “Kohelet (Eclesiastés), Mishlei (Proverbios) y Shir Hashirim (Cantar de los Cantares).
El autor de “Seder Olam” capítulo 15, opina que el rey Salomón escribió los tres libros en su vejez, porque cerca de su muerte recibió el “Ruaj HaKodesh”, el Espíritu Santo.
Y así comienza nuestra Meguilá (rollo):
“El cantar de los Cantares que es de Shlomo” (Cap. 1:1)
Otra tradición opina que Kohelet (Eclesiastés) lo escribió Shlomo en su vejez, por eso utilizó el tiempo pasado: “Yo Kohelet fui Rey en Ierushalaim”. Mishlei (Proverbios), lo escribió en la mitad de sus días como hombre adulto, y Shir Hashirim lo escribió en su mocedad, por eso un espíritu de amor juvenil sopla dentro de los versículos de este libro.
Dijo Rabí Akiva: “Todas las escrituras son santas (Kodesh), pero Shir Hashirim, es santísimo (Kodesh Kodashim)” (Masejet Iadaim 3:5)
La belleza sobre la cual hablamos, es interior y se proyecta sobre la belleza exterior y así leemos en el Midrash, Shir Hashirim Raba 1:15:
Eres bella mi amada.
Eres bella en los preceptos.
Eres bella en el ejercicio de la caridad.
Eres bella en los preceptos positivos.
Eres bella en los preceptos negativos.
Eres bella en los preceptos del hogar, en la repartición de la ofrenda y los diezmos.
Eres hermosa en los preceptos del campo.
Eres hermosa en (Kilaym) cuando no siembras mezclas
Eres hermosa en los Tzitzit.
Eres hermosa en la plantación.
Eres hermosa en (Neta Revay)los frutos del cuarto año
Eres hermosa en (Orla) los frutos que produce un árbol durante los primeros tres años luego de haberse plantados.
Eres hermosa e n la circuncisión.
Eres hermosa en tus oraciones.
Eres hermosa en la lectura del Shema.
Eres hermosa en la Mezuzá.
Eres hermosa en los Tefilín.
Eres hermosa en la Sucá.
Eres hermosa con el Lulav y el Etrog.
Eres hermosa en tu arrepentimiento.
Eres hermosa en tus buenas acciones.
Eres hermosa en este mundo.
Eres hermosa en el mundo venidero.
