הֲלֹא כָתַבְתִּי לְךָ [שִׁלְשֹׁום כ] (שָׁלִישִׁים ק) בְּמֹועֵצֹת וָדָעַת
Ningún otro libro del Antiguo Testamento parece tan difícil de resumir como el libro de Proverbios. Al igual que sucede con un diccionario, parece cambiar de tema a cada verso. Pero, de hecho el libro de Proverbios está escrito de una manera lógica y de gran ayuda y si nos fijamos en sus divisiones, es fácil seguir el argumento de este libro.
Proverbios comienza con un breve prefacio introductorio de seis versículos, al que le siguen una serie de diez discursos diferentes de un padre a un hijo, llenos de exhortaciones muy prácticas acerca de cómo afrontar algunos de los problemas de la vida. Eso nos lleva hasta el principio del capítulo 10, y hasta aquí no hay ningún proverbio, pero en el capítulo 10 tenemos una colección de proverbios que se nos presentan como los proverbios de Salomón, el sabio rey de Israel, hijo de David.
Cuando Salomón se convirtió en rey tuvo una visión de Dios en la que él le preguntaba que era lo que su corazón deseaba más que ninguna otra cosa. Salomón pidió que le fuera concedida sabiduría y por haber pedido eso en lugar de pedir riquezas o fama, Dios le dio las tres cosas. Por lo tanto, estos son los proverbios sabios del rey más sabio que jamás ha tenido Israel. Esta segunda división continua hasta el capítulo 25 en la que empieza otra colección de proverbios que se dice que son los proverbios de Salomón, que fueron copiados por los hombres de Ezequías, rey de Judá, después de la muerte de Salomón. El libro concluye con un postludio, que encontramos en los capítulos 30 y 31 que nos llevan hasta las palabras de dos hombres desconocidos, Agur, hijo de Jaqué, en el capítulo 30, y Lemuel, rey de Masá, en el capítulo 31.
El libro de Proverbios expresa la conclusión de la voluntad del hombre. Juntos, los libros de Salmos, Proverbios , nos presentan el clamor del alma del hombre. En Salmos nos encontramos con la naturaleza emocional, que es una de las partes de la función del alma. Dijo Rabí Ieoshúa be Rabí Nejemia: se refiere a la Torá, cuyas letras son tríos (formando grupos de 3 letras, la letra del medio es un tercio de las letras de los extremos).
Asimismo, todo fue hecho triple.
La Torá (Biblia) es triple:
La Mishná es triple:
El hombre que medió entre Di-s y el pueblo para la entrega de la Torá es un tercero (Moshé es el tercer hijo de su madre):
La plegaria es triple:
Arbit (Plegaria de la noche)
Shajarit (Plegaria de la mañana)
Minjá (Plegaria de la tarde)
La "kedushá" -parte elevada y santa de la plegaria- es triple:
El motivo es, porque se dice en la "kedushá" tres veces "kadosh" -Santo- en homenaje al Eterno:
Kadosh (Santo)
Kadosh (Santo)
Kadosh (Santo)
El pueblo de Israel es triple:
Cohanim (Sacerdotes descendientes de Aharón, el hijo de Levi)
Levitas (Auxiliares de los sacerdotes descendientes de Levi)
Israel (los descendientes de las demás tribus)
Además, Moshé, el líder judío que recibió la Torá directamente de Di-s, las letras de su nombre son tres:
También encontramos que el precursor de la tribu a la que pertenece Moshé fue Levi. Por eso la tribu de Levi lleva su nombre. Levi también es un nombre compuesto de tres letras.
El origen de Moshé, quien pertenece a la tribu de Levi, proviene de una simiente triple (los tres patriarcas):
Di-s entregó la Torá al pueblo a través de Moshé, en el mes tercero, que es Siván
Nisán (primer mes)
Iyar (segundo mes)
Siván (tercer mes)
Di-s entregó la Torá en el desierto de "Sin", cuyo nombre tiene 3 letras
La manera correcta de escribir este nombre "Sin" consta explícitamente en el versículo: "acamparon en el monte Sin" (Éxodo 16: 1)
Otra cosa triple es, que como preparativo para recibir la Torá, los integrantes del pueblo se santificaron durante 3 días. Este dato lo encontramos claramente especificado en el versículo "estén aptos para el tercer día". (Éxodo 19: 15)
Dijo Rabí Ieoshúa bar Nejemia: "el tercero siempre es amado". Y dio ejemplos:
Adam engendró 3 hijos:
Shet fue el más preciado, tal como lo revela el versículo: "Este es el libro de la genealogía de Adam" (Génesis 5: 1) y también está escrito: "Vivó Adam 130 años y engendró como su aspecto y como su semejanza, y llamó su nombre Shet" (Génesis 5: 1). Respecto a Cain y Abel, no fue dicho que engendró "como su aspecto y como su semejanza", únicamente fue dicho acerca de Shet.
Noaj (Noe) tuvo tres hijos, tal como está escrito: "Engendró Noaj tres hijos, Shem, Jam y Iafet" (Génesis 6: 10)
Shem (Sem) era el menor, o sea el tercero, y fue él quien heredó la grandeza (Etz Iosef Tanjuma Itró 10)
Amram también tuvo tres hijos:
Sobre el tercer hijo, Moshé, fue escrito: "si no fuese por Moshé, el elegido" (Salmos 106).
Iaakov engendró a las doce tribus de Israel. De estos doce hijos que engendró, el tercero fue Levi:
Levi fue el hijo más amado, tal como está escrito: "En ese momento separó Di-s a la tribu de Levi" (Deuteronomio 10: 8)
Los primeros reyes de Israel fueron estos tres:
Shelomó fue el amado, tal como está escrito: "Se sentó Shelomó sobre el trono de Di-s para ser rey" (Crónicas A 29)
Respeto de los meses, el tercero es el amado, tal como está escrito: "Fue al tercer mes desde la salida de Egipto, en el día este vinieron al monte Sinaí" (Éxodo 19: 1)
La liberación de la esclavitud
También encontramos un dato interesante acerca del numero 3 en los primeros tramos de la travesía por el desierto, luego de salir Israel de Egipto.
Teniendo en cuenta que la Torá fue dada al pueblo en el tercer mes desde la salida de Egipto, cabe la pregunta ¿por qué no fue entregada la Torá el pueblo inmediatamente después de la salida de Egipto?. Además, cuando Di-s habló a Moshé desde la zarza, en tiempos en que el pueblo judío aun se hallaba esclavizado en Egipto, ¿acaso no dijo a Moshé: "cuando saques al pueblo de Egipto, servirán a Di-s sobre este monte"? (Éxodo 3: 12). ¿a qué se debe la demora de 3 meses?.
Respondió Rabi Yehuda bar Shalom diciendo: se asemeja al caso de un rey, cuyo hijo re reestableció de una enfermedad. El padre dijo: "aguardemos 3 meses, hasta que su espíritu se aplaque de la enfermedad, y luego lo llevaremos a lo de un maestro para que estudie Torá".
Esto mismo aconteció con el pueblo cuando salieron de Egipto, muchos estaban enfermos y maltrechos por el efecto de la dura esclavitud. Dijo el Eterno: "aguardaré a que se reestablezcan y luego les entregaré la Torá". (Tanjuma Itró .Los versículos 16 al 22 son un pequeño discurso sobre la lengua y sus peligros además de las bendiciones de la misma:Versículo 20