13 de Junio, 2010
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INVESTIGACION .Tzvi ben Aba Shsul .Bernardo Graiver |
Resumen (Extracto del libro) Bernardo Graiversu descubrimiento, consistente, en haber podido establecer que los signos que ostentan los torteros recogidos en nuestro subsuelo, atribuidos a la llamada Civilización Chaco-Santiagueña por Emilio Wagner y ayudantes, fundador del Museo Arqueológico de Santiago del Estero, signos que hasta ahora habían sido considerados simplemente como motivos decorativos u ornamentales principalmente, eran en verdad, verdaderos signos alfabéticos, letras correspondientes' al primitivo arameo y sus derivados posteriores, escrituras de Tiro, Sidón, Hamat, Gaza, Creta, etc., etc. Señaló el desplazamiento de esos caracteres alfabéticos desde el Asia anterior hasta América, a través de la Mesopotamia, Persia, Valle del Indo, Madras, Ceilán, las Islas de los Mares del Sur, etc., hasta las costas occidentales de hoy América. Al efecto, hizo notar la existencia de inscripciones en torteros encontrados en el subsuelo de Santiago del Estero, iguales a los de los sitios recientemente citados y algunos también iguales a los que se encuentran en las Islas de Pascua. Desde sus primeras palabras rindió homenaje de admiración y gratitud al Padre Miguel Ángel Mossi a quien se deben los primeros atisbos de lo que resultó luego un maravilloso descubrimiento. Recordó que el Padre Mossi —en el año 1860— sabio y erudito hombre de Iglesia, afirmó la similitud y hasta la identidad de ciertas expresiones idiomáticas del hebreo, el arameo y el quechua. Luego de exponer ante el público los distintos alfabetos y sus modificaciones y evolución ulteriores, proyectó ilustraciones correspondientes a fotografías obtenidas por los Wagner y por otras personas de piezas del Museo Arqueológico de esta ciudad señalando en cada caso las letras inscriptas en los torteros correspondientes a las de los distintos alfabetos expuestos. De este modo, ante cada signo y agregadas las vocales que aquellos alfabetos no conocían, pudo comprobarse que, con escasas diferencias fonéticas podían ser leídos dichos signos por quienes conocen el hebreo, el árabe y el quechua. Así ocurrió, por ejemplo, con la palabra "mayum" (correntada, río, agua) en quechua y en arameo. Y ocurrió aún algo más interesante: al presentar en la pantalla un tortero cuyos signos no habían podido ser leídos antes, por quienes conocen el arameo, el hebreo y el árabe; aquí se obtuvo el significado que era "waco", "waca", (llorar en árabe), "voca" (llorar en hebreo) coincidiendo en ello quienes conocen el arameo, el árabe y el quechua, ("wacala". niña llorona en quechua). No hay que decir el indescriptible entusiasmo que despertó en todos el resultado prodigioso de la prueba. Señaló también el disertante la existencia "en los torteros de un signo sorprendente, la "Cruz de Antioquia". Aseguró, por ello, que tiene motivos fundados para suponer que en otros torteros deben figurar signos cristianos pero que no ha sido posible examinarlos. Ahora, bien, aun cuando el Señor Graiver, no lo dijo, es de pública notoriedad que ese examen no pudo realizarse por la negativa inmotivada e incalificable de la directora del Museo Arqueológico, quien se negó incluso a cumplir las órdenes del Gobierno para que se facilitase el examen de los torteros aludidos. Y de este modo lamentable, una tarea valiosa y de gran importancia científica ha resultado entorpecida por quien debió ser la más decidida colaboradora. En un pasaje de su disertación, destacó Bernardo Graiver, que su labor se reducía al ámbito puramente filológico, que le era conocido; pero que no era posible dudar de las implicancias y derivaciones que ello significaría para la Arqueología, la Etnografía, la Historia y demás ciencias y disciplinas afines. Además de las disertaciones referidas, Bernardo Graiver accedió a dar conferencias solicitadas por entidades y alumnos de Instituciones Secundarias y Superiores de esta ciudad. Así dijo en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Norte, una conferencia sobre el estado actual de la Plástica Argentina, que entusiasmó a los oyentes por la sinceridad del contenido y las profundas sugestiones despertadas, aparte de la notoria versación que puso en evidencia. Igualmente ocupó las tribunas de la Escuela Normal de Profesores y del Colegio Nacional Ricardo Rojas, en donde desarrolló el tema "Significado de la Sublevación de Tupac Amaru en Tungasuka", de Bernardo Canal Feijóo y el que surge en escorzo de la obra Tiempos de Federica de Luisa Mercedes Levinson. La visita de Bernardo Graiver a Santiago ha sido breve, pero fecunda, pues será perdurable por la simiente dejada y por su espíritu extraordinario. … Difícil establecer la logística de estas aseveraciones, habría que discutir las rutas navegadas, con qué instrumentos, con qué tipo de naves, pero como tema es verdaderamente apasionante. Repercusiones en la Argentina del trabajo de Graiver. El diario La Nación con el título "El Aleph en Santiago del Estero", Bernardo Graiver atesora y descifra las pequeñas piezas de arcilla encontradas en la Argentina, donde puede estar narrada una nueva y revolucionaria historia de la humanidad." Nota de la escritora y periodista Luisa Valenzuela del 30 de abril de 1972. El diario La Razón, en una nota del 16/7/64 "Mensajes Secretos" dice que los hermanos Wagner, descubridores de la Civilización Santiago-Chaqueña, no sospecharon que dos siglos antes de Cristo habitaban la región del Norte Argentino hombres de raza semita. Un estudioso, Bernardo Graiver, descubrió el año anterior, en cerámicas, mensajes, secretos escritos en caracteres arameos". El diario La Arena de La Pampa en 1974 publica una extensa nota bajo el titulo; "Graiver: De Mapuches y Fenicios, Brújulas y "Ghe" Tártaros". El Andino, diario de Mendoza, en 1975 titula su nota "Los Fenicios Descubrieron América? “A interesantes conclusiones ha llegado el Profesor Bernardo Graiver" La Capital de Mar del Plata del 27 de abril de 1976 dice: "Otro testimonio de Bernardo Graiver: Escrituras Fenicias Hebreas en la Cultura del Chaco-Santiagueño. A propósito también de los Orígenes Raciales y Nacionales de Cristóbal Colón". El diario Córdoba de Córdoba, en 1969, publica a toda página "Dice el Profesor Bernardo Graiver: Ya no quedan dudas que luego de 100 años de Investigación Argentina nuestros indígenas sufrieron la influencia cultural del Asia Menor.. El periódico Esquiú, en 1962, publicó una extensa biografía sobre todos los oficios que ejerció desde que vino a la Argentina a los 8 años de edad, bajo el mulo de "Bernardo Graiver- Escritor, Poeta, Crítico, Periodista. Cumple 48 años con las letras Posee 18 oficios y 12 diplomas. Ha ejercido de clown, canillita, óptico y maestro, y donde además se publica un meduloso trabajo del mismo GraÍver titulado "Crítica a los Críticos", tomado de la revista de cultura visual Realizaciones que dirigió GraÍver junto con los pintores y escultores, Salvador Presta, Fioravanti Bangardini, José Rodrigo Beloso, Aldo Colli, y otros. La revista Respuesta Argentina en 1974 publica una gran nota: "Insólito: Hace 3000 años llegaron los Fenicios. Bernardo GraÍver, ei Critico de Arte, Antropólogo Argentino, autor de sorprendentes revelaciones sobre la presencia de los Fenicios en el Chaco-Santiagueño". La Revista 2001, título: "GraÍver: Hombre sin Tiempo. Pruebas rastros de diversas culturas más allá del Continente Americano encontrados por Graiver en Tierras Argentinas". Año 1970. Y la misma revista vuelve a publicar en ese año una nota del profesor José Álvarez López, titular de las Cátedras de Física, en la ciudad de Córdoba (Argentina), con el título "Naufragio Bíblico en el Río de la Plata", argumentando que parece absurdo —y desde el punto de vista histórico imposible— que pueda haber en Santiago del Estero (Argentina) inscripciones hechas por pueblos del Asia Menor en siglos —y aun milenios— antes de Cristo. Sin embargo, es una auténtica realidad que en Santiago del Estero vivieron hace más de dos mil años, hombres que hablaban y escribían en Lengua Fenicia. Para decirlo con exactitud, cientos de inscripciones halladas en Santiago del Estero corresponden a palabras arameas escritas en dos alfabetos perfectamente conocidos por los especialistas en lenguas orientales: Fenicio de Bibios y Hebreo Arcaico". Periódico Alem de la localidad de Rauch, 1976, publicó la síntesis de una interesante conferencia pronunciada en la Biblioteca del lugar sobre "Las Pinturas Precolombinas en el Tahuanrinsuyu, refiriéndose expresamente a las Escrituras Fenicias Hebreas en las Artes Plásticas de las Culturas del Chaco-Santiagueño y zonas aledañas (Córdoba, Catamarca, La Rioja, Tucumán, etc.) todas integrantes de! Tahuantinsuyu (4a. provincia Incaica)". Revista Estado Mayor de la Opinión Pública, setiembre 1977 publica un interesante reportaje "Quién Descubrió América? " donde se exponen diversos problemas de la índole (lecturas fenicias) y sobre el enigma Cristóbal Colón diciendo que "Un sabio argentino afirma que los fenicios llegaron al Chaco Santiagueño hace unos 3 000 años. Hoy día los cimientos de los defensores oficiales de esta tesis hispánica, se ven enfrentados por varios investigadores que han decidido buscar "debajo de la alfombra" y hallar pruebas que no solamente afectan la tesis colombina, sino que despiertan controversias beneficiosas por los alcances culturales e implicancias histórico-políticas que tendrán dichos redescubrimientos". En 1968 aparece un libro cautivante, denso, publicado por editorial Albatros, titulado Historia de la humanidad en la Argentina bíblica y biblónica (proveniente de Biblos, Fenicia), escrito por un poeta y dramaturgo ruso llamado Bernardo Graiver que además de varios títulos universitarios, era un arqueólogo aficionado. Graiver era un inmigrante afincado en Argentina en la primera mitad de este siglo. Con el tiempo se interesó en la historia y tradiciones de los pueblos nativos de América, basándose en una serie de objetos hallados en el norte de nuestro país y en sus investigaciones personales, y llegó a plantear la inquietante idea de que una de las míticas tribus perdidas de Israel haya llegado a las costas de Sudamérica. Graiver se basa en una serie de piezas arqueológicas que están a disposición de aquel que desee estudiarlas con mayor detenimiento. Todo comenzó cuando visitó el Museo Arqueológico de Santiago del Estero junto al escritor Joaquín Neyra. Allí observó una serie de piezas de arcilla que presentaban escrituras y símbolos que reconoció de inmediato. Graiver descendiente de hebreos, se sorprendió al ver cabecitas y torteros de terracota grabados con la estrella de David y varias palabras que reconoció como pertenecientes al arameo. En estas piezas podía leerse Ab (padre), Pesaj (Pascua), y una frase que decía "Faltan tres días para Pascua..." Este descubrimiento accidental hizo que por casi veinte años se dedicara a estudiar diferentes objetos extraídos de excavaciones realizadas en la provincia de Santiago del Estero. Así fue como descubrió muchas piezas con inscripciones en arameo o hebreo antiguo, lo que lo llevó a pensar en el origen semítico de algunos pueblos americanos. Uno de los objetos más curiosos es una pieza de cerámica que presenta una insignia con un gran barco de remos (Santiago es una provincia muy alejada del mar) y una inscripción que habla de una tribu llamada "Zevulun". En el museo de Santiago del Estero también pudo estudiar una serie de cuchillos rituales que, a su criterio, presentan las mismas características que los usados antiguamente para realizar circuncisiones. Todo esto lo llevó a sostener que una tribu navegante de Israel había llegado a tierras americanas como parte de una intensa corriente migratoria que en esa época existiría entre Fenicia, Palestina y las costas americanas." El presbítero Miguel Angel Mossi (1819-1895) quien vivió en nuestro país desde 1843, que dominaba 70 idiomas y lenguas autóctonas, encontró raíces arameas, fenicias y hebreas en las mismas (la Universidad de Tucumán publicó sus obras post-mortem en 1926); además hay comunicaciones de los “conquistadores espirituales” que informan el asombro de encontrar entre los “indios” algunos con nombres como Saúl, David, Salomón, etc. Se asentó en la provincia del Chaco para estudiar las lenguas indígenas, luego publicó un diccionario de lengua quechua, en donde afirma que las tribus de Atamiski hablaban una variante de hebreo antiguo. Incluso descubrió que algunos pueblos de la zona respetaban una serie de mandamientos, como por ejemplo ama sua (no robarás), ama kella (no holgazanearás), ama llulla (no mentirás), ama vanuchi (no matarás) y ama konkawankichu (no olvidarás).
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publicado por
kabalah a las 09:14 · Sin comentarios
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