nombres:dentro de la kabalah ‘nefesh’, ‘ruaj’, ‘neshamá’,
‘jaiá’ y ‘iejidá’. Estos cinco nombres
representan cinco caminos para
conectarse con Dios Hashem. Cuando el kabalista o iniciado
cumple los preseptos de la Tora y sus condimentos con su cuerpo, se revela
el ‘nefesh’, cuando ama a Dios Hashem con su
corazón es el ‘ruaj’, cuando estudiamos la
Tora y la kabalah de Hashem nuestro Dios con la cabeza y la
mente esto es el escalafón llamado
‘neshamá’.La ‘esencia del alma’,
tiene potenciales no limitados.
repentinamente nacen fuerzas y energias sobrehumanas del
la ‘esencia del alma’,
Sobre esto dice el Rebe Shlit”A
que el kabalista o iniciado todo el día debe
estar imbuido con la revelación de la
‘esencia del alma’
En el habla cotidiano estamos acostumbrados a decir que cada persona tiene un alma. utilizamos expresiones tales como: "Le salió del alma", "Dentro de su alma", "Está hiriendo lo más profundo de su alma". Estas frases se utilizan en forma diaria, sin una noción de la esencia del alma ni del lugar en donde reside ésta dentro del cuerpo humano. ¿Estará en la cabeza, en el corazón o en los pies?.
En las enseñanzas filosoficas misticas y teologicas hebreas exponen el punto de vista que el hombre, como toda la creación, fue formado por medio de cuatro elementos físicos (energías): Fuego, aire, agua y tierra. Sin embargo, estos son los componentes materiales de su estructura corpórea- carne, sangre y huesos. Pero todavía carece de la fuerza vital, el espíritu que active al sistema nervioso y maneje todas las funciones psicológicas, a traves del cual el hombre es transformado de un ser inanimado, en un cuerpo viviente que se mueve, habla y se comporta. En el momento de la creación, esta fuerza conocida como "nefesh" fue introducida en el hombre al componente más puro de su sangre (un total de 87 gramos).
En pocas palabras El alma en si se divide en muchos componentes pequeños. En términos generales aunque todos poseemos "nefesh", cada individuo varía en los componentes específicos del "nefesh" que posee (El ARI, Shaar HaGuilgulim, Introducción 1), su personalidad y su comportamiento individual determinan el número de partes que el alma merece adquirir formando o transformando su esencia .